consejos para ser feliz
Quiero ser feliz: ¿Cómo conseguirlo?
¡Quiero ser feliz pero no sé cómo lograrlo!
Se
trata de una de las quejas más comunes en las consultas de Psicología,
lo cual no es extraño ya que la felicidad siempre ha sido la piedra
filosofal de nuestra existencia. De hecho, un estudio realizado
en 48 países que involucró a más de 10.000 personas descubrió que no
importa el rincón del planeta donde miremos, todos le conferimos una
gran importancia a la felicidad y muchos la hemos abrazado como una de nuestras metas más valiosas.
Y
lo cierto es que no andamos desacertados, porque numerosas
investigaciones nos han desvelado que la felicidad es muy beneficiosa,
no solo desde el punto de vista emocional, sino también físico. Las
personas felices pueden aspirar a una vida más larga, tienen una mayor
tolerancia al dolor y poseen un sistema inmunológico más fuerte que les
protege de diferentes enfermedades.
La buena noticia es que la felicidad no es una utopía, sino una realidad al alcance de nuestras manos.
La psicología positiva, es la disciplina que se encarga de analizar
científicamente qué aumenta nuestro nivel de felicidad y hoy podemos
aprovechar ese conocimiento para implementar cambios en nuestra vida que
nos hagan más felices.
Consejos para ser feliz
Aunque hay muchas otras recomendaciones que pueden aumentar tu nivel de felicidad, hoy me gustaría darte estos diez consejos:
1. Elige conscientemente la felicidad.
No basta con decir: “quiero ser feliz”, es necesario que asumas la felicidad como una meta. Muchas personas afirman que desean ser felices pero no hacen nada para lograrlo, continúan aferrados a sus viejos hábitos y no hacen nada para salir de su zona de confort. Sin embargo, la felicidad no es algo que ocurre al azar, es un estado que necesita ser cultivado día tras día.
Elegir la felicidad implica asumir un compromiso y
poner en práctica comportamientos y actitudes que nos conduzcan a esta.
Significa aprovechar las oportunidades que se nos presenten, estar
dispuestos a vivir plenamente cada momento y esforzarnos por desarrollar
aquellas habilidades que realmente nos satisfacen. Elegir la
felicidad implica, sobre todo, estar dispuestos a emprender el camino
que nos conduce a ella. Recuerda esto: la felicidad no es un destino, es
un camino.
2. Potencia la resiliencia.
El opuesto de la depresión no es la felicidad sino la resiliencia. La habilidad para lidiar con los problemas y salir fortalecidos de estos nos permite ser felices incluso cuando las cosas no van como esperábamos.
Recuerda
que la felicidad no solo es un estado, también es una actitud. Los
acontecimientos en sí mismos no son positivos ni negativos, lo es la
interpretación que hacemos de ellos, sobre todo dependiendo de nuestras
expectativas. Eso significa que para ser felices debemos aprender a
centrarnos en los aspectos que nos ayuden a crecer y debemos abrazar los
errores como una fuente de aprendizaje.
3. Cultiva la gratitud.
Desarrollar
el hábito de dar las gracias por lo que tenemos, en vez de quejarnos
por lo que no tenemos implica un cambio radical en nuestra forma de
enfrentar la vida, un cambio que nos hará sentirnos más satisfechos y, a
la larga, más felices.
Un
estudio realizado en más de 12.000 personas descubrió que el mejor
predictor de la felicidad y la satisfacción no era la curiosidad, el
amor o la esperanza sino la gratitud
Así
también lo demuestra otro experimento muy curioso realizado en las
universidades de Missouri-Columbia y California, en el cual se le pidió a
un grupo de personas que escribieran durante 4 semanas lo que les
sucedía a lo largo del día, solo que algunos debían centrarse en las
cosas por las que se sentían agradecidos mientras otros debían enumerar
los problemas. Al terminar el experimento se apreció que quienes se
habían focalizado en la gratitud también habían cultivado la felicidad.
4. Fomenta el perdón.
Vivir
con rencor no conduce a la felicidad, sino que fomenta la rabia, la
desesperanza y la insatisfacción. Para ser felices es necesario superar
el pasado y aprender a perdonar. Solo así viajaremos lo suficientemente
ligeros de equipaje como para poder hacerle espacio a la positividad.
Perdonar
no es sencillo, a menudo es necesario que pase un poco de tiempo hasta
que las heridas cicatricen. En ese periodo, es importante que
profundices en tus sentimientos y que no intentes esconderlos sino
aceptarlos. También es recomendable que intentes ponerte en el lugar de
la persona que te ha hecho daño para comprender sus razones. Cuando
estés preparado/a, deja ir el dolor y perdona. Recuerda que el odio y el
rencor solo dañan a quien los siente.
5. Contrarresta las emociones y los pensamientos negativos.
La
higiene mental es fundamental para lograr el equilibrio emocional, pero
muy pocas veces somos conscientes de ello. A menudo las preocupaciones y
las recriminaciones adquieren vida propia y se adueñan de nuestro
pensamiento. Si no les ponemos coto a tiempo, nos harán sentir mal y a
largo plazo pueden llegar a dañar nuestra autoestima.
Afortunadamente,
eliminar los pensamientos indeseados no es tan difícil como parece,
solo tienes que encontrar la fórmula que mejor funcione para ti. Puedes
probar con las técnicas de relajación, la meditación, el yoga o incluso
realizando cualquier actividad que te resulte placentera. Esto te dará
la serenidad que necesitas y te ayudará a limpiar tu mente.
6. Potencia las relaciones interpersonales.
Existen muchos consejos para ser feliz
pero muy pocos son tan eficaces como este: cultiva las relaciones
porque es a través de ellas pasarás los mejores momentos de tu vida. De
hecho, un estudio realizado en las universidades de California y
Oklahoma reclutó a 376 personas y, después de que completaran un
cuestionario, descubrió que los momentos más felices de su vida eran aquellos en los que habían conectado emocionalmente con otras personas. La felicidad se
encuentra al rodearte de personas positivas, amigos que te apoyen y,
sobre todo, pasando tiempo de calidad con quienes quieres.
Mención
aparte merece el hecho de que una de los síntomas de la depresión es la
desconexión emocional en las relaciones con los demás, incluso llegando
a la incapacidad de disfrutar de las relaciones sociales.
7. Involúcrate en actividades significativas.
A
menudo el día se nos escapa inmersos en una serie de actividades
monótonas que no tienen ningún significado para nosotros y que,
obviamente, no nos hacen felices. Algunas de estas tareas son
ineludibles, pero otras no. Revisa tu agenda diaria, elimina todo
aquello que no te hace feliz (y puedes eliminar sin conllevar
consecuencias negativas) y apuesta en su lugar por actividades que
realmente te satisfagan, que te hagan sentir pleno.
No se trata de
eludir responsabilidades, sino de ser conscientes de la importancia de
nuestro tiempo, de ser más eficaces y de concentrar nuestras energías en
aquello que realmente nos interesa. Uno de los mejores consejos para ser feliz nos llega de la mano de León Tolstoi: “El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere sino en querer siempre lo que se hace”.
8. Redescubre el valor de las cosas pequeñas.
Cuando las personas afirman “quiero ser feliz”,
a menudo se refieren a una felicidad con mayúsculas o a llenar su vida
de placeres y posesiones materiales. Sin embargo, existe otro nivel de
felicidad vinculado a las pequeñas cosas, al sentirse bien y encontrarle
un sentido a la vida. Cuando aprendemos a valorar cada detalle nos
damos cuenta de que para ser felices no necesitamos mucho, tan solo basta apreciar lo que tenemos.
El camino a la felicidad no consiste en perseguir unicornios, sino en amar los pequeños placeres de la vida cotidiana.
Un excelente ejercicio para redescubrir la belleza que nos rodea
consiste en recorrer una ruta que conocemos bien pero hacerlo libre de
preocupaciones, fijándonos en cada detalle del medio. Descubrirás cosas
asombrosas que habías pasado por alto, quizás porque estabas demasiado
ensimismado/a en tus pensamientos.
9. Practica deporte al aire libre.
La
actividad física no solo nos permite mantenernos en forma, sino que
también nos ayuda a liberarnos del estrés. Cuando practicamos deporte
nuestro cuerpo libera endorfinas, unos neurotransmisores que generan una
sensación de bienestar y relajación. De hecho, un estudio realizado en
la Universidad de Duke ha demostrado que en algunos casos la actividad física llega a ser un tratamiento tan eficaz para la depresión como los medicamentos.
De
la misma forma, otro estudio particularmente exhaustivo que analizó los
datos de 833 personas que practicaban deporte, concluyó que realizar
ejercicios al aire libre es mucho más beneficioso que en ambientes
cerrados porque nos reporta más energía y vitalidad, a la vez que
potencia la sensación de bienestar.
10. Cuida tus horas de sueño.
Dormir
es sumamente importante para recuperar la energía que hemos perdido a
lo largo del día. Hace poco se descubrió que durante el sueño nuestro
cerebro expulsa las sustancias de desecho de su metabolismo, razón por
la cual los problemas de sueño se han vinculado a patologías
neurodegenerativas como el Alzheimer. Sin embargo, los beneficios del
sueño más van allá de la fisiología, así lo confirma una investigación
muy interesante en la que se apreció que dormir las horas necesarias
también nos ayuda a procesar los conflictos y nos hace más felices.
En
el experimento se apreció cómo las personas que habían sido privadas
del sueño recordaban un 81% de las palabras con una impronta negativa y
solo el 31% de aquellas positivas o neutras, lo cual nos indica que el
sueño profundo es fundamental para procesar los eventos que tienen una
carga emocional y restarles al menos una parte de su impacto. De hecho,
también se observó que las personas que habían dormido bien cambiaban su
actitud, mostrándose mucho más comprensivas ante aquellos hechos que
tenían un impacto emocional negativo.
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